Todos conocemos a alguien que no hace ejercicio, tiene una vida muy sedentaria y de todas formas no sube de peso… y sí, le envidiamos un poco la genética, pero ojo, se puede disimular un problema detrás de la balanza.

En el gráfico podemos ver:

– por un lado “puntos” unidos por una línea, que representan el peso corporal y como vemos se mantiene estable a lo largo del tiempo.

– por otro lado las “barras”, que representan la grasa corporal y vemos que aumenta progresivamente con el paso de los años.

Entonces en este ejemplo, vemos el caso de un hombre que a los 25 años pesa 82kg y tiene un 15% de grasa corporal, (que representan 12,3 kg) y en el otro extremo a los 75 años, la misma persona pesa 80 kg (2kg menos) y tiene un 30% de grasa corporal, que significan 24kg.

Es decir, casi el mismo peso pero con 11,7 kg más de grasa corporal!

Y si aumentó la grasa pero se mantuvo el peso algo tiene que haber disminuido, qué creen que es???

Sí! Principalmente la masa muscular!!!

Estamos hechos para movernos, y si nuestros músculos no reciben un estímulo diario, “tienden a perderse”

Algunos puntos importantes frente a esto:

-La mayor pérdida de masa muscular se produce a partir de los 50 años, pero el sedentarismo actual acelera este proceso.

-La pérdida de masa muscular, puede atenuarse e incluso revertirse con el ejercicio.

-El mejor entrenamiento para aumentar o mantener nuestra masa muscular es lógicamente el de fuerza.

-La disminución de masa muscular no es sólo un problema estético, menos músculo = menos capacidad funcional = más morbilidad y mortalidad.

-Hoy en día se sabe que los músculos no son sólo órganos de movimiento, sino que también actúan como órganos endócrinos, liberando sustancias llamadas mioquinas, que tienen diversos efectos beneficiosos para nuestra salud.

En conclusión, “Menos silla y más sentadilla”

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